martes, 12 de noviembre de 2013

Cristiano, un avance del futuro

Juanma Trueba es, a mi entender, el mejor cronista deportivo de este país. Hay muchos buenos cronistas del deporte en España: los redactores jefe de los principales periódicos de referencia, El País y El Mundo, José Sámano y Orfeo Suárez, son buenos ejemplos, o viejas leyendas que siguen dando clases de estilo y elegancia a la hora de relatar un acontecimiento deportivo como Santiago Segurola y Julio César Iglesias. Por cierto, éstos dos últimos con recientes recopilaciones editoriales de sus mejores trabajos.

Pero a mi Trueba me engancha desde el comienzo y no concluyo hasta su última línea. Nunca me ha decepcionado.

A raíz del partido del Real Madrid ante la Real Sociedad, el pasado sábado, comenzaba su crónica del domingo en As describiendo a Cristiano Ronaldo. Me gustó tanto que la comparto por aquí por si algún día pierdo la hoja del periódico:

Juega con el hambre enfurecida de los poco dotados y tiene el inmenso talento de los que pecan de fríos. Marca goles como si no tuviera otra habilidad. Su prodigio es hacer coincidir en la misma persona todas las fortalezas de una futbolista, las físicas y las psíquicas. Hambre, talento y gol. Incluso a Di Stefano le faltaba algo: pelo. A falta de mejor definición, Cristiano es un avance del futuro.





lunes, 11 de noviembre de 2013

La canasta imposible...

... llega cuando todo lo tienes de cara. 

En estos momentos es difícil encontrar un equipo de baloncesto con más confianza, más ambición y más fiel a un estilo que el Real Madrid. 

Y cuando eso pasa, se anotan canastas como la que cnosigue Felipe Reyes.


jueves, 7 de noviembre de 2013

Mariana de Cádiz

Artículo de Paco Perujo publicado hoy jueves, 7 de noviembre, en Diario de Cádiz.

Hay día que hasta las alegrías se visten de luto, que el cuatro por cuatro de los tanguillos se apelmazan camino del estridente 'ay' de una seguiriya rajado por la pena, que el anochecer en La Caleta es más oscuro y negro, divisando a lo lejos un horizonte que huele a soniquete de ultramar, a buque cargado de compás cruzando un territorio donde los cantes de Cádiz zarparon hacia un universo sin fronteras, pero provistos de un sello inconfundible. Un viaje de ida, esta vez sin vuelta, porque se nos ha ido Mariana, la Mariana de Cádiz, la heredera de Espeleta, Aurelio, Pericón, Manolo Vargas o Chano, la sobrina de Porrina, la sucesora de La Perla. Un trono flamenco del cante gaditano de mujer que hoy se queda vacío. Un vacío profundo que raja como un Cazalla tomado al amanecer y que no encuentra el alivio ni en el recuerdo, ni en el privilegio de haberla conocido.

Pero me niego a encerrar esta visión atormentada por el hachazo de la parca en el resumen de lo previsible, en la clasificación simplista de lo fácil, en el arquetipo de una imagen limitativa e injusta porque, como aseguraba Ortiz Nuevo en su Alegato contra la pureza, "así nacen los tópicos que tergiversan y conducen a las razones por los sucios callejones de las creencias supuestas".

La certeza emocionante de una Mariana reina de la cuchufleta (moderna y auténtica rapera del flamenco), dominadora del compás y baluarte de los cantes de Cádiz, no puede arrinconar a una cantaora que, magistral en los estilos de su tierra (ahí están sus grabaciones, principalmente la que editó hace unos años junto al poeta arcense Antonio Murciano, toda una antología de formas y letras por el abrupto paisaje de las cantillas), atesoraba unos registros amplios, una soleá poderosa, una malagueña profunda, un arte de este tiempo, y de todos los pretéritos y los que quedan por venir.

Mariana llevaba a Cádiz en el tuétano de su cante, en su simpatía infinita, en su bondad sin matices, en su forma de ser, en su deambular por la vida, en la sal de sus palabras. Se queda con la pena de no haber sido pregonera del carnaval de su tierra. Y eso que pregonó como nadie la gracia y la sobriedad flamenca de este istmo bendito que es la tacita de plata. Porque, aquí, era Mariana y, en el mundo entero, Mariana de Cádiz.


Hoy la lloran su familia, sus amigos, sus compañeros de escenario y ese ejército sin mando que es la afición flamenca. Tan necesitada de artistas como Mariana. Tan sin rumbo por su pérdida.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Los riesgos laborales de Pedro J.

Hay que reconocer que Pedro J. se lo curra. Se estará más o menos de acuerdo con sus ideas, pero va con ellas hasta el final. Y su apuesta decidida, desde hace tiempo, son las nuevas tecnologías y la configuración de los nuevos soportes para los contenidos periodísticos.

En Unidad Editorial ya fueron pioneros con Orbyt. Ahora se centran en la campaña de El Mundo cambia de piel. Y dentro de ese cambio, la adaptación de la nueva página web del periódico. Se produjo ayer, y para escenificarla, veíamos al director subido en una grúa, eso sí, sin el mono de faena, como le comentaba una tuitera. "Hay más riesgo laboral en mi despacho", le contestó Pedro J.


martes, 5 de noviembre de 2013

España en Serie

Me parece realmente admirable el proyecto de Canal Plus con el serial 'España en Serie'. 



Así se cuenta en la web la idea del trabajo:

Cada serie cuenta una historia y todas juntas cuentan nuestra Historia. La más ambiciosa apuesta de CANAL+ por la producción propia. Un año y medio de producción, ocho meses de rodaje y más de 90 entrevistas con los actores, directores, creadores y guionistas más importantes de la televisión española en las últimas décadas han dado forma al proyecto, un documento único sobre 40 años de ficción que explora nuestras series más relevantes en un viaje a través del tiempo, la realidad y la ficción. Un espejo de lo que hemos sido… y de lo que somos. 

A nivel de contenidos, de producción propia y de adaptación tecnología, creo sinceramente que Canal Plus está a años luz del resto de oferta televisiva en nuestro país. Y este es un claro ejemplo de ello.

Verdades


Poveda, el cantaor con estilo... por Tamara García

Crónica de la actuación de Miguel Poveda en el Gran Teatro Falla de Cádiz realizada por la periodista Tamara García, publicada en Diario de Cádiz el 5 de noviembre de 2013

Como cantaor se sabe y como cantaor se reivindica. Cantaor flamenco, dice Miguel Poveda de su propio hacer, que gracias a su amigo Joan Albert Amargós abraza la copla como el amante experto, tocando siempre en los lugares oportunos. Cantaor flamenco tentado por su otro querer, la poesía, a la que musica con respeto y estilo. Estilo, quizás sea el nominativo que buscamos. Estilo a la hora pasear la canción española, a la hora de besarse con los versos. Y estilo a la hora de abordar los tercios más flamencos. Sí, Miguel Poveda es un cantaor flamenco pero no al uso. Así lo volvió a demostrar en las tres citas que la pasada semana sostuvo con el público gaditano en el Gran Teatro Falla. 

Poveda, tan pronto ataviado como un crooner de los cincuenta; tan pronto destando la locura del respetable con movimientos pélvicos, como un Elvis flamenco, en los tangos; tan pronto, de riguroso negro sentado al filo de la silla apuntando (literalmente, porque te dirige el cante con sus dedos índices) la seguiriya, la malagueña. Tan pronto es uno como es otro. Tantos Povedas, metidos unos dentro de otros, como una matrioska, y con un mismo estilo. El denominador común. 

Poveda es exquisito, no es bullanguero, se cuida de huir de los aspavientos y de los excesos. Poveda es profesional. Que no es poco. De hecho, es mucho. Ya que ofrece un espectáculo medido, donde cada movimiento está previsto, donde hay entendimiento con sus músicos (espectacular el guitarrista isleño Jesús Guerrero), donde todos los mecanismos están engrasados y se mueven al compás. Donde no hay estridencias. Por eso casa la poesía de Ángel González o de García Lorca con las bulerías de La Perla, con las coplas más arrebatadas de León y Quiroga. No fueron tres horas y media -tampoco deben serlo por decreto ley - fueron dos y pico por noche. Suficientes para tan variado contenido. Suficientes para dejarnos en el paladar las ganas de un poquito más pero irnos saciados de buen gusto. 

Poveda no se parte la camisa. Se la abrocha hasta el último botón y se adorna con una corbata fina sin perjuicio de estrangular ni un ápice su jondura, amor y respeto por el flamenco. Poveda es un cantaor. Con estilo.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Maestro

Siento una profunda admiración por Miguel Poveda. Me cuesta, actualmente, imaginar una artista más entregado y comprometido con su arte y su público. Creo, desde la distancia, que se trata de un profesional íntegro con un talento innato y una dedicación plena a su trabajo, a su gente, a sus admiradores. Y creo también que todo ello desde la modestia y la sencillez. Sin estridencias. Saliendo a cantar hasta que el cuerpo aguante. O hasta que le echen.

El mayor espectáculo de un artista al que he asistido fue su concierto en el Gran Teatro Falla de hace ahora un año, tres horas y media largas sin parar, sin descanso, presentando ArteSano y sus Coplas del querer. Aquello me dejó impresionado, lo reconozco. Cierto que amo, vivo y siento el flamenco. Pero estoy convencido de que cualquier otra persona ajeno a este arte admiraría a Poveda para siempre con lo que ofreció aquella noche.

Poveda durante su actuación en Cádiz el pasado miércoles 30 de octubre
Ahora ha vuelto de nuevo a Cádiz y al Teatro Falla. Tres días consecutivos. De nuevo un regalo, ante un Teatro entregado por completo. Con nuevas versiones, profesando su amor a la poesía, a los maestros de siempre, al flamenco más puro y a la copla más sentida. Dejó escrita una nueva hoja para la historia del teatro gaditano. Grande con mayúsculas. Maestro.