Vuelven estos días los equipos de fútbol a comenzar a trabajar para preparar la próxima temporada. Ahora, los comienzos de pretemporada consisten en los rutinarios análisis médicos a primera hora de la mañana y la primera sesión de entrenamiento, de la cual los clubes, gracias a las nuevas tecnologías, informan gráficamente casi al momento a través de sus cuentas en facebook o twitter.
Nada que ver con las antiguas presentaciones de los equipos antes sus aficiones. Algo que recuerdo con cierta nostalgia de mis años adolescentes porque esperaba con especial ilusión aquellas citas.
Las antiguas presentaciones era eso, presentar el equipo ante la afición. En el estadio, con el estadio casi lleno en pleno verano, dispuesto a ver las caras nuevas de los fichajes (creo recordar que tras la presentación apenas se hacían fichajes) y la foto de grupo que siempre al día siguiente recortaba del Marca o el As. Entonces, claro, no recuerdo ni internet ni redes sociales.
Recuerdo con sólida nitidez la ilusión de aquel verano y de aquellos momentos de la presentación oficial del equipo. Apenas tenia 15 años. Esa temporada el Madrid ganó de nuevo la Liga y se devolvió al Barcelona la manita de la temporada anterior.
Hoy los equipos apuran hasta los últimos minutos del último día de agosto para concretar algún fichaje importante. Y la foto oficial se realiza bien comenzada la temporada, y a puerta vacía.
El fútbol ha cambiado tanto que ni siquiera queda nada de aquellas presentaciones.
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