La rutina de febrero

Casi sin darnos cuenta, desenvolviendo aún algún regalo de Reyes que llegara con retraso, y ya hemos consumido una semana completa de Concurso. No hay en el mundo, casi con certeza, una competición musical que abarque un mes completo como el del Carnaval de Cádiz en el Gran Teatro Falla. Son noches largas, de frío (hace mucho frío en el Teatro), aburridas algunas, entretenidas otras. Un mes da para mucho. Aunque el Carnaval de Cádiz apenas cambie de un año a otro.

El Gran Teatro Falla de Cádiz

Con el actual cumplo mi noveno año consecutivo trabajando en el Teatro para el Carnaval. Hubo años, Concursos, que se me hicieron eternos (conforme avanza el tiempo). Otros se me fueron en un suspiro (los primeros). Con el paso del tiempo intentaba auto convencerme de que ése sería mi último Carnaval. Y así llevo tres o cuatro Carnavales, como me recordaban recientemente, jubilándome por anticipado pero acabando siempre con el Teatro convertido en mi segunda casa durante cuatro largas semanas.

Reconozco que el transcurso de los años hizo que perdiera la ilusión de los primeros años. Esos en los que me parecía increíble tener una acreditación que me permitiera ir todas las noches al Falla. Ahora se ha convertido en una rutina, una rutina anual y laboral de la que ya no me sorprende nada. Comparo mi primer año con el actual y me doy cuenta de que apenas nada ha cambiado. Ves las mismas caras, tienes los mismos problemas, todos se rigen por los mismos intereses...

En mis inicios vivía el Concurso con la intensidad de quien no quiere que pasen las horas. Hoy lo vivo pensando en tachar cuanto antes los días de febrero (bueno, este año, de enero...) en el calendario.